La crisis de Grecia, mercados e ingratitud
Dr. Roberto Jiménez Gómez, economista, robertojg@racsa.co.cr
La crisis de Grecia muestra lo terrible de la distribución de los costos de la crisis económica. Los sectores sociales más vulnerables son los más afectados, mientras que los políticos irresponsables que no asumieron la responsabilidad de tomar las medidas de forma oportuna, junto con las empresas calificadoras de riesgo y la banca, no reciben la cuota del costo que les corresponde.
Del caso de Grecia debemos aprender algunas lecciones, que son de gran importancia:
a. Los sectores políticos deben asumir su responsabilidad en la adopción de políticas que permitan mantener la estabilidad macroeconómica. Con inestabilidad y desequilibrios económicos en un país, no pueden existir opciones de desarrollo, para pensar en el mediano y largo plazo, las cuentas deben estar claras y equilibradas en el corto plazo.
b. Un país debe diversificar su estructura productiva, depender de un sector, como el caso de Grecia (turismo) es un gran riesgo.
c. Tener una moneda fuerte, con una economía débil y poco competitiva, basada en el turismo es inviable.
d. La deuda es impagable, la adopción de acciones para ello, ha mostrado dificultad para la eurozona, pese a que representa alrededor del 2% del PIB Europeo.
e. Los programas de ajuste asumidos, en una situación caótica financieramente, hace que la venta de activos públicos sea un festín para los inversionistas, a costa de la sociedad griega.
f. Los mercados y las empresas calificadoras de riesgo han llevado a la incertidumbre, cambios súbitos de expectativas que afectan al sector real de la economía en algunos casos sin razones.
g. Detrás de los números, de las oscilaciones de las bolsas de valores, hay seres humanos que ven disminuida la posibilidad de trabajar, de llevar sustento a sus familias, comprendiendo muy poco de lo que pasa. Sienten dolor, frustración, cólera y la pérdida de esperanzas. Esta situación crea las condiciones para la inestabilidad política y social.
La pregunta que nos hacemos muchos es ¿Son las calificadoras de riesgo, los mercados y los organismos internacionales los que como un tribunal, deben decir qué va bien y que mal? El poder y las facultades las tienen, pero sus actuaciones y resultados son cuestionables.
Acaso no fueron las empresas calificadoras de riesgo, los organismos y los bancos los que no tuvieron la capacidad de aplicar los mecanismos de evaluación para detectar las farsas financieras que el sector financiero desarrollo para maximizar ganancias.
En la crisis actual, al menos en el caso de Grecia, el costo debieran pagarlo de forma más equitativa los responsables. Los políticos irresponsables, que por ganar votos no asumieron la responsabilidad con sus países de hacer las reformas oportunas.
Por otra parte, los bancos son responsables y deberían de asumir parte del incumplimiento de la deuda. Junto a estos, basta ya de especulación, de incertidumbre que lo crea las mismas calificaciones de riesgo, formado en muchos casos por ineptos y oportunistas, que con sus acciones o por no tomar medidas, han sido iguales o más responsables de esta grave situación.
Detrás de un alza por especulativa en los mercados de los precios de los cereales o de la calificación a un país, por ejemplo, hay países y personas que no podrán compra los bienes básicos para sobrevivir o generaciones completas de seres humanos que no tendrán oportunidades.
La sociedad internacional debe meditar si el camino de la especulación de los mercados, de los oportunistas, de las expectativas cambiantes, con o sin razón, serán los medios que orienten y definan el futuro de la humanidad. Si es así, sálvese el que pueda…
No hay comentarios:
Publicar un comentario