sábado, 8 de febrero de 2014

Volviendo al camino del desarrollo costarricense
Dr. Roberto Jiménez Gómez, economista

El proceso electoral ha marcado para bien, cambios relevantes en la vida política y social de Costa Rica.  Hay un rompimiento con los partidos históricos, existe mayor capacidad analítica, las redes sociales juegan un papel relevante, la publicidad estúpida es un bumerán.  Los debates tuvieron relevancia en la elección, pero ante todo, la sociedad costarricense ha mostrado, el deseo de retomar el camino histórico de un país que quiere construirse a sí mismo orientado por la paz social, las oportunidades y la justicia social, en donde lo público y lo privado tienen cabida para construir progreso con equidad.

Los descalificativos y propuestas extremas no corresponden a esa concepción implícita que la mayoría de costarricenses tiene.  Sin embargo, la desigualdad social, la corrupción y la falta de oportunidades productivas para la mayoría, crearon la semilla de la disconformidad y la necesidad de cambio.

La Costa Rica necesaria, que debemos aspirar a tener, debe basarse en los cimientos que grandes costarricenses y luchadores sociales nos han marcado: Una sociedad pluralista, que respeta las diferencias.  Una economía al servicio del ser humano.  Un Estado fuerte y estratégico, no necesariamente grande, pero sí capaz de cumplir un papel esencial encrear condiciones para el desarrollo.  Un sector privado dinámico, emprendedor y competitivo.  Políticas públicas proactivas para promover la competitividad, la creación de oportunidades a los que lo requieren, en especial el joven, la mujer, el microempresario y el adulto mayor.  Procesos productivos y de consumo sostenibles, para mostrar al mundo que de verdad somos un país ecológico y digno de imitar.  Un mercado como siervo no como amo.

Estas y otras orientaciones corresponden a la Costa Rica que pudo pasar de un país descalzo y pobre a una sociedad de oportunidades y de creciente clase media, entre la década de 1940 y 1980.  Por cerca de tres décadas nos han alejado de ese país de esperanza y de asenso social que fuimos.  
El horizonte nos plantea la posibilidad de volver a retomar y de construir esa nueva Costa Rica del siglo XXI, inspirados en la visión de grandes costarricenses, sigamos los buenos ejemplos, retomemos la esencia del ser costarricense que la historia nos muestra.Enseñemos a pescar, no demos limosnas y no esperemos que el vaso este lleno para que los pobres reciban el derrame…
Hagamos el cambio para construir y dar esperanza, para crear una sociedad de oportunidades para todos, volvamos a pensar que la educación, el trabajo, elempeño y la iniciativa de emprendedores y pequeños empresarios creativos, con el apoyo de políticas públicas, nos permitan progreso con equidad.  Se debe tener una economía al servicio del ser humano, en especial para quienes menos tienen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario