Escenarios posibles de la economía y las políticas del gobierno de Costa Rica
Dr. Roberto Jiménez Gómez, economista, robertojg@racsa.co.cr
Si algo seguro se tendrá para el año 2012 es la incertidumbre y el nerviosismo por parte de los diferentes tomadores de decisión en el campo económico; ya sea internacional, nacional, sectorial o empresarial.
Ante esa situación resulta prudente establecer diferentes comportamientos de las variables relevantes que inciden sobre la economía nacional, para con ello elaborar los escenarios más posibles. Lo anterior para diseñar planes de acción alternativos, que puedan aplicarse con prontitud y de la mejor manera.
Para una economía tan abierta como la costarricense, la situación de las economías a las cuales vende sus productos y recibe turistas es una variable de gran transcendencia. Por lo que se ha visto, ese entorno no será favorable.
La inversión extranjera directa, que ha servido para compensar nuestros permanentes déficits comerciales puede verse disminuida, por la incertidumbre global y los problemas de los sistemas financieros.
De lo indicado si no hay ajustes en el tipo de cambio, se mantendrían las importaciones elevadas y podría darse desequilibrios en el sector externo de la economía, un posible problema. Previniendo esto el Banco Central ha buscado aumentar las reservas internacionales, algo que no es de gratis.
No obstante, el principal riesgo de la economía costarricense se encuentra en el déficit fiscal. La incapacidad para lograr una aprobación de la reforma fiscal, crea una fuerte nebulosa.
La política fiscal debe servir para compensar el lamentable deterioro que el modelo de crecimiento económico de los últimos 30 años ha creado. Sin embargo, la coyuntura no da posibilidad para mucho, se requiere de mayor recaudación, preponderantemente de los sectores de más altos ingresos, pero todos deberán aportar. Un escenario de mayor crecimiento de déficit y de la deuda, junto con un entorno internacional desfavorable sería lamentable.
En esas condiciones la necesidad de disminuir gasto sin sustento técnico, daría lamentables resultados. Recortes al presupuesto sin fundamento no es el camino. Tampoco el país puede seguir asignando recursos a diversos programas sin medir la efectividad, sin definir y velar por el cumplimiento de metas, debe establecerse un sistema de evaluación.
En general, la disminución de una pequeña fracción del ingreso disponible parece ser menos negativo que la creación de un desequilibrio macroeconómico en las actuales condiciones de la economía mundial. De igual forma, el entorno actual requiere de un prudente manejo de los desequilibrios del sector externo de la economía nacional. Tener como objetivo en sí mismo el enfoque de las metas de inflación y la actual política cambiaria, debe de revalorarse.
Otro ámbito que no ha estado suficientemente planteado en la agenda de política pública, es lo que sucede con la micro, pequeña y mediana empresa. La ampliación del periodo de la crisis crea más vulnerabilidad a estas organizaciones. Muchas empresas han estado siendo castigadas por una apertura comercial que no ejecuto una reconversión productiva, apoyo o asesoría, lo anterior unido a la crisis actual, plantea en los sectores productivos congojas y la existencia misma de diversas empresas puede estar en peligro.
Las políticas prioritarias en las que el gobierno debe enfocarse son:
a. Aprobar un plan fiscal progresivo.
b. Ajustar las políticas del sector externo para disminuir los déficits y asegurar la estabilidad.
c. Desarrollar un plan de contingencia para micro, pequeña y mediana empresa nacional.
d. Promover la venta de productos a terceros mercados para paliar la disminución de los tradicionales.
Es necesario que el gobierno muestre liderazgo, capacidad política y de diálogo, pero que ante todo, que defina líneas a lo interno y no se vean las lamentables posiciones de ministros o asesores, saboteando un plan fiscal para defender intereses de un pequeño grupo, como el de zonas francas.
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