Incongruencias ambientales en Costa Rica parte 3 y final: de los ciudadanos y organizaciones
Dr. Roberto Jiménez Gómez, economista, robertojg@racsa.co.cr
La capacidad crítica, las organizaciones existentes y su accionar son fruto del capital social que Costa Rica ha logrado a partir del desarrollo de su capital humano, las instituciones y de las bases culturales y valores, que han permitido que no cualquier desarrollo o iniciativas que afecten el ambiente se lleven a cabo, ese es activo de nuestra sociedad. Esto ha limitado iniciativas de los gobiernos en proyectos poco congruentes con sus proclamas en el campo ambiental.
Hay sin embargo, quienes por tener una visión particular del mundo, a lo cual tienen derecho, a visiones ideológicas o a simples intereses personales o mercantiles, asumen planteamientos con relación a la economía y ambiente que a nuestro criterio no son realistas (desde una perspectiva antropocéntrica y con un horizonte temporal convencional), tienen poco fundamento científico o plantean un paradigma de sostenibilidad que es inconsistente con su forma de ser y actuar (hechos son amores).
De igual forma encontramos inconsistencias que como ciudadanos o bien en nuestro accionar en organizaciones de diferente tipo tenemos, algunas de ellas son:
1. Nuestros hábitos básicos de consumo siguen fundamentalmente iguales, se compra sin usar criterios de sostenibilidad ambiental o de solidaridad social. No se evita el consumo o bien no se consumen bienes y servicios que sean efectivamente amigables con el ambiente, primero ponemos nuestro disfrute y bolsillo antes que el ambiente y lo social.
2. Asumimos el reciclaje como la panacea, no teniendo en cuenta que las leyes de la termodinámica están ahí, para transformar y volver a disponer de las materias primas ocupamos energía, hay veces que para reciclar se requiere más energía de la que sería necesario para tener un producto no reciclado. Es mejor consumir menos, usar bienes duraderos o bien productos ecológicos.
3. Somos amigos de criticar de ir en contra de, pero en pocas ocasiones estamos dispuestos a asumir acciones, a construir proyectos individuales y colectivos que den un aporte a la sostenibilidad.
4. Hay personas y organizaciones que teniendo una visión de vida anti sistema (lo cual es respetable) usan los problemas ambientales para generar problemas y supuestamente llevar a crisis. Estas visiones generalmente planteadas para temáticas ambientales de relevancia mediática, pocas veces tiene sustento en fundamentación científica y alternativas de solución, lo cual deprecia el legitimo objetivo por la sostenibilidad ambiental.
5. Encontramos organizaciones y personas que sacan provecho económico, mediante donaciones, viajes, etc, de la problemática ambiental, sin dar un verdadero aporte en el logro de la sostenibilidad. Encontramos supuestos dirigentes que se mueven de un lugar a otro en contra de proyectos, cuyas fuentes de financiamiento e intereses de éstos son cuestionables. Los vivillos del ambiente son diversos, tanto personas como organizaciones.
6. Hay una declaración de rechazo a propuestas y proyectos, sin suficiente criterio y sin analizar las implicaciones que tiene desechar una opción y si existen alternativas viables. Falta estudio, rigor y propuesta.
7. Hay personas y organizaciones que luchan día a día en forma silenciosa, no reciben cooperación internacional o del Estado, mientras que algunos intentan utilizarlos para sus objetivos.
El sistema económico actual, sin duda tiene altos rasgos de insostenibilidad, el ecosistema es finito y el subsistema económico no puede crecer de forma infinita. Requiere de nuevas formas de desarrollo en donde se de un proceso de desmaterialización del sistema económico, pero esto implica un cambio cultural y ético, pasar de pensar: que es más el que tiene más chuches en relación a aquel que vive más integralmente con su entorno, que valora un paisaje, la música, el canto de un ave o la satisfacción de dar al que no tiene vestido y alimento.
Es necesario pensar en el modelo ideal de relación con el ambiente, pero teniendo en cuenta las limitaciones, basado en fundamentos científicos, construyendo posibilidades y ante todo con coherencia en las acciones.
Nuestra sociedad debe dejarse de hipocresías, una sociedad no se hace mejor si lo que priva es la destrucción, la crítica infundada o irrespetuosa, el insulto de los valores culturales y religiosos de las personas o bien no respeta los derechos humanos.
Para construir sostenibilidad tenemos el derecho y la responsabilidad de sembrar, de dar y de sumar voluntades, estamos en un ecosistema común, no nos podemos ir para otro lugar, al menos por ahora.
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