martes, 10 de mayo de 2011

Pensar, soñar y construir el desarrollo de Costa Rica

Pensar, soñar y construir el desarrollo de Costa Rica

Dr. Roberto Jiménez Gómez, Economista, robertojg@racsa.co.cr

El concepto de desarrollo ha ido evolucionando a través del tiempo, según diferentes corrientes de pensamiento, de una asociación casi que única y directa con el crecimiento económico a uno que involucra una serie de aspectos, incluida la dimensión económica, pero que se amplia a una serie de ámbitos e interacciones mucho más amplias y complejas.

Para algunos el desarrollo se da de forma natural, para otros debe tener algún grado de conducción a través de políticas públicas.  Este tema es uno de los más controversiales y lleva a que nos quedemos en discusiones sobre la necesidad o no de actuación de parte del Estado en los procesos de desarrollo.  Esa controversia plantea discusiones sobre los instrumentos que se pueden y deben usar para el desarrollo, quedando en una discusión estéril, sin pensar en serio en la utopía o visión objetivo que guíe y menos en la ejecución de acciones concretas para promoverlo.

El pensar qué entendemos por desarrollo desde el punto de vista individual y social, puede parecer estéril.  Sin embargo, si no tenemos una imagen objetivo por la cual dedicarle esfuerzos para ir en la dirección correcta, podemos pasar a cualquier lugar, sin darnos cuenta que nos hemos extraviado.  El sueño de país que cada uno de nosotros aspira, debe ser integrado para toda la colectividad, para que se pueda convertir, aunque sea en parte en realidad.

Algunos organismos internacionales consideran que un país es desarrollado cuando su ingreso perc apita llega a 22000 dólares anuales.  Si ese fuera el parámetro correcto, la posibilidad de que Costa Rica llegue al desarrollo tardaría en la mejor de las situaciones tomaría gran parte de éste siglo.  Sin embargo, el desarrollo visto desde una perspectiva más amplia puede ser logrado sin tener necesariamente que llegar a ese ingreso por habitante.

Mejores condiciones de vida, una esperanza de vida al nacer de 79.1 años, ha podido ser logrado, gracias a personas visionarias que soñaron y actuaron.  De la Costa Rica descalza, con poca educación y sin servicios públicos, se soñó un país con la herramienta de la educación, seguridad social, servicios públicos, infraestructura, entre otros, para construir un cambio social.  Con políticas públicas proactivas se pudo tener seguridad social, áreas protegidas, agua potable, electricidad, caminos, puentes y carreteras, entre otros, que nos han ayudado a mejorar en algo fundamental, la calidad de vida de las mayorías.

Algunas de estas políticas desarrolladas década atrás son prohibitivas en la actualidad, por la normativa internacional a las cuales nos hemos suscrito voluntariamente y las reglas de la buena conducta establecidas en el campo financiero en el ámbito internacional, bajo las cuales las calificadoras de riesgo nos evalúan todos los años.  Por ello, es necesario desarrollar herramientas creativas que cumplan el objetivo de crear oportunidades.

Hace cerca de 60 años se pensó que se tenía gente creativa, por ello se promovió el arte y la cultura, gracias a ello hoy, podemos sentirnos orgullosos de generaciones completas de músicos de primer nivel internacional, pese a nuestra ubicación y limitaciones que dirían algunos, que no están más que en nuestras mentes.

En la actualidad hemos perdido esperanzas, lo cual nos ha cortado las alas para soñar y ver con la visión de nuestros antepasados las posibilidades del desarrollo.  Los sueños y la visión objetivo de una sociedad más desarrollada deben volver al país, en cerca de 70 años se han cumplido muchos sueños que tuvieron grandes patriotas: Código de trabajo, seguro social, universidades públicas, cobertura electrifica del 99.30%, desarrollo de la infocomunicación, alta esperanza de vida, etc.

Ante ese sueño cumplido, en la actualidad hay grandes retos, el primero es mantener y fortalecer ese legado, lo cual de partida no resulta fácil.  Además de ello es necesario tener ese sueño o aspiración, el cual, debe ser la base para construir consensos, no para ir en contra de, si no para crear una gran fuerza interna y social, para ir por un proyecto de sociedad, por la cual nos sintamos entusiasmados.

Ese modelo de sociedad, debe tener una serie de pilares.  El primero es tener al ser humano como centro y razón de todas las acciones.  Implica entonces tener claro que el desarrollo humano es el fin y el medio para el desarrollo.

En segundo lugar, es básico contar con reglas claras de convivencia social, en donde cada uno en su ámbito de acción tenga seguridad de que sus derechos serán respetados.  Este es el medio para tener un empresariado vigoroso y personas que saben que sus derechos serán respetados.  Ello significa respetar la institucionalidad democrática, implica fortalecer la capacidad de tener los diferentes entes: independencia, capacidad técnica, recursos y personas para cumplir con las competencias que la sociedad moderna exige.

El modelo de sociedad al cual aspiramos debe progresar con y para la sostenibilidad ambiental.  Los recursos naturales y el ambiente, son la base material de la vida, fuente de ventaja competitiva dinámica y expresión del ciudadano costarricense del siglo XXI que habrá podido crear un equilibrio entre el progreso y la sostenibilidad ambiental.

El país debe potencializarse en la innovación y desarrollo en ciertos segmentos.  Algunos que ya son una realidad deben fortalecerse para asumir un mayor protagonismo internacional.  Se debe aspirar a desarrollar pequeñas empresas basadas en el talento de los jóvenes nacionales, que con apoyo público logran desarrollar con éxito sus emprendimientos.  Ese sueño significa modificar nuestro papel en la división internacional del trabajo, convirtiendo a nuestros jóvenes talentos en diseñadores y desarrolladores de bienes y servicios de alto nivel tecnológico, con importante valor agregado nacional.

Ese desarrollo motivador creará un nuevo agro en donde el uso de la innovación tecnológica, junto con las prácticas y costumbres permitirán aplicaciones de tecnologías apropiadas y sostenibles, que junto con la infraestructura (caminos, puentes, servicios públicos), crédito y desarrollo de inteligencia de mercados, crean un sector agropecuario competitivo que evita migración y desarrolla ventajas competitivas que se traducen en calidad de vida de su población.  Se desarrolla el turismo agroecológico permitiendo obtener los beneficios de nuestro posicionamiento internacional como un efectivo destino ecológico de alta diferenciación.

Se debe dar una articulación entre las políticas económicas y sociales para que las personas que el sistema económico ha excluido, puedan integrarse de forma digna, justa y eficiente.  No habrá desarrollo si grandes masas de la población no reciben el fruto del crecimiento económico.  Políticas proactivas, solidarias y de mediano y largo plazo deberán implementarse, no para paliar temporalmente la miseria y la pobreza, si no para empoderar, para desarrollar capacidades en diferentes ámbitos en los sectores sociales más excluidos.

En la actualidad es importante pensar el desarrollo de Costa Rica, para crear espacios de consenso social y político.  Los políticos, académicos, profesionales y ciudadanía en general tenemos el derecho a soñar, pero además tenemos el deber de ser actores activos en la construcción del país que aspiramos.  Es importante, que esa patria que soñaron otros, la mantengamos y heredemos algo digno a las próximas generaciones, la acción nos espera.

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