Roberto Jiménez Gómez
El país tuvo la posibilidad de obtener beneficios de la alta dinámica que experimentó la economía mundial por algunos años.
El año 2009, pese a la crisis, el Gobierno, basado en un enfoque keynesiano y sustentado en un buen margen de maniobra, producto del aumento de la recaudación por: el dinamismo de la economía y de se dio un importante aumento en los ingresos fiscales, fruto del dinamismo coyuntural de la economía y del mejoramiento administrativo de los sistemas de información para recaudar impuestos, pudo aumentar el gasto público para contener la depresión económica y en especial disminuir la pérdida de empleos y aumento de los costos sociales, muestra de ello es que el producto interno bruto (PIB) disminuyo 13% y el consumo de los hogares aumento 1,5% en el 2009. No obstante lo anterior, en el campo fiscal el nuevo gobierno no tendrá las condiciones iniciales con las cuales partió el gobierno anterior; por el contrario, algunos datos evidencian potenciales problemas que se podrían dar en caso de que la reactivación económica no sea la esperada. Veamos algunos aspectos:
k Parte de un déficit del sector público del 4,3% del PIB en el 2009.
k Cerca del 40% de la deuda del sector público es en dólares, lo cual la hace vulnerable ante variaciones del tipo de cambio.
k El país tiene una carga tributaria baja, que no permite usar el sistema tributario para el desarrollo y la redistribución del ingreso, es alrededor del 14%, cuando los países desarrollados tienen una mayor al 20%.
k La recaudación y por ende el déficit fiscal son altamente sensibles a las variaciones en la tasa de crecimiento. Cuando se tuvo tasas de crecimiento altas en la economía, los ingresos por concepto de impuestos a los ingresos y utilidades aumentaron significativamente (en términos nominales entre 2006 y 2008 se tuvieron tasas de crecimiento de 21,8%, 34,9% y 29,7%), no obstante para el 2009 se estimó un decrecimiento del 6,4%.
k Los cambios en las tasas de crecimiento de recaudación producto de las oscilaciones de la economía, se expresan en déficit financiero del Gobierno.
k Hay una tendencia futura a aumentar la deuda y por ende el pago de intereses que afectará las decisiones futuras de gasto y variables como: la inflación y tasas de interés.
k Parte de un déficit del sector público del 4,3% del PIB en el 2009.
k Cerca del 40% de la deuda del sector público es en dólares, lo cual la hace vulnerable ante variaciones del tipo de cambio.
k El país tiene una carga tributaria baja, que no permite usar el sistema tributario para el desarrollo y la redistribución del ingreso, es alrededor del 14%, cuando los países desarrollados tienen una mayor al 20%.
k La recaudación y por ende el déficit fiscal son altamente sensibles a las variaciones en la tasa de crecimiento. Cuando se tuvo tasas de crecimiento altas en la economía, los ingresos por concepto de impuestos a los ingresos y utilidades aumentaron significativamente (en términos nominales entre 2006 y 2008 se tuvieron tasas de crecimiento de 21,8%, 34,9% y 29,7%), no obstante para el 2009 se estimó un decrecimiento del 6,4%.
k Los cambios en las tasas de crecimiento de recaudación producto de las oscilaciones de la economía, se expresan en déficit financiero del Gobierno.
k Hay una tendencia futura a aumentar la deuda y por ende el pago de intereses que afectará las decisiones futuras de gasto y variables como: la inflación y tasas de interés.
Se aprecia la alta vulnerabilidad de la hacienda pública, pues en términos de dos años se estaría incrementando la razón deuda del Gobierno al PIB en 10% (24,09% en el 2008 y 34% en el 2010), proyectándose un escenario base, según el análisis del Ministerio de Hacienda a una relación cerca al 40% en 2011. En caso de que la situación de la economía sea menos favorable, este indicador se deterioraría aún más. El déficit financiado con una deuda mayor llevará a que el pago de intereses pase de 13,2% para el 2009 a 23,3% en 2011. Esto tendrá como consecuencias la disminución de la capacidad de maniobra y asignación de gasto en otros rubros.
Ante el posible panorama restringido que puede vivir el futuro gobierno, se tienen algunas opciones: aplicar una política de gasto restrictiva, lo cual podría llevar a que el crecimiento económico se vea afectado y el campo social, un aumento de la carga tributaria, tarea que parece esencial para un país que desee desarrollarse, una mejora sustantiva en la recaudación para disminuir la evasión y un proceso de “eficientización” y optimización del gasto público que permita hacer más con lo mismo.
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