Fortaleza institucional y visión compartida
Dr. Roberto
Jiménez Gómez, economista
Costa Rica ha
mostrado síntomas graves en el ámbito político y de manejo de las acciones
relacionadas con la acción pública, llámese gestión institucional o adopción de
políticas públicas. Cada vez es más difícil ponerse de acuerdo formular leyes
que aborden los aspectos sustantivos de la vida nacional, hacer efectivas las
decisiones y acciones en las instituciones y en las rectorías de los
ministerios son pocos los instrumentos para ejercer esa labor de forma
efectiva.
Para algunos el
problema es económico, para otros es la desigualdad, el daño ambiental, la
falta de oportunidades en el territorio que profundiza la heterogeneidad
estructural, la gobernabilidad o la falta de acuerdo de la colectividad del
futuro que aspiramos. Lo que se consideraba como un acuerdo tácito en
educación, salud, ambiente, derechos humanos, por citar los más generales y
relevantes, son cuestionados por unos y otros, haciendo más compleja la
decisión en lo público y creando incertidumbre en la sociedad.
Hay un nudo en
la toma de decisiones, algunos lo llaman ingobernabilidad, sin embargo, ¿cuáles
son las causas de ello? En alguna medida se le ha fallado a la sociedad, por
varias décadas los gobiernos no han cumplido por diferentes razones sus
propuestas y compromisos con la ciudadanía. Unido a ello, la desigualdad social
ha aumentado, en el territorio se tienen ganadores y perdedores de las
transformaciones estructurales que el país ha tenido. Los que antes valoraban
la educación y la salud ya no lo ven como suyas, pues no tuvieron acceso a la
educación, no terminaron secundaria y trabajan en la informalidad, son los
grupos que cuestionan las instituciones de lo que ha sido el Estado Social de
Derecho (universidades, CCSS, pensiones, entre otros), pues éste no ha existido
para ellos.
Lo anterior, es
fenómeno internacional que pone en peligro los sistemas democráticos actuales,
dando la oportunidad para que posiciones extremas de derecha o izquierda con un
populismo burdo asechen el sistema existente. El mercado y el Estado en estos
casos se vuelven instituciones insuficientes para abordar los problemas
sociales, la desigualdad y la falta de oportunidades de diversos sectores de la
sociedad.
Los partidos
políticos cada vez más débiles y poco relevantes asumen posiciones distintas si
están dentro o fuera del Poder Ejecutivo, generando más insatisfacción y falta
de decisiones estructurales a los problemas nacionales. ¿Qué hacer ante ello?
¿Cuál debe ser el camino que debe seguir la sociedad ante esta situación?
Cuando se esta
en un entorno tan complejo y peligros se debe ser cauto y consecuente,
seguidamente algunas líneas de acción:
a.
Ante las limitaciones de las instituciones en general,
lo apropiado es fortalecerlas, encontrar sus limitaciones y subsanarlas en el
marco de respeto de la institucionalidad.
b.
Con la crisis de la democracia más democracia, más
participación y transparencia. Identificar las fallas y reconstruir la base
social en democracia.
c.
Ante las fallas del mercado fortalecer el mercado para
el bien de la colectividad y no unos cuantos. El mercado es una institución
histórica y social y sus debilidades y virtudes generalmente se asocian a las
que tiene la sociedad y el contexto donde se da, debe depurarse, mejorarse para
la buena asignación de los recursos y para el bienestar de la colectividad.
d.
Falta de visión compartida del futuro y de modelo de
sociedad. Es un reto urgente crear
acuerdos básicos del tipo de sociedad que queremos en lo social, económico,
educativo, ambiental, la equidad social y el papel de las instituciones. ¿En que podemos ponernos de acuerdo? Es
deseable que, en mucho, pero si no es así con lo que se pueda debe fijarse una
agenda nacional de acción para el desarrollo.
e.
Los partidos políticos deben analizar sus acciones,
crear nuevas agendas, con nuevas y viejas personas, pero con nuevas visiones y
procederes, el barranco está cerca, no se puede volver a hacer lo mismo, el
costo de la falla es la institucionalidad democrática.
Es de
esperar que nuestra sociedad tenga la capacidad de resiliencia de transformarse
ante las crisis, que lo económico sea para construir desarrollo para todos y
todas y no para unos pocos, pues solo se puede lograr salir adelante para bien,
si nos vemos en una construcción de la sociedad que es compartida y apoyada por
la mayoría, si no es así los pilares de nuestra institucionalidad no podrán
soportar otras crisis.
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