sábado, 9 de noviembre de 2024

 Fortaleza institucional y visión compartida

Dr. Roberto Jiménez Gómez, economista

Costa Rica ha mostrado síntomas graves en el ámbito político y de manejo de las acciones relacionadas con la acción pública, llámese gestión institucional o adopción de políticas públicas. Cada vez es más difícil ponerse de acuerdo formular leyes que aborden los aspectos sustantivos de la vida nacional, hacer efectivas las decisiones y acciones en las instituciones y en las rectorías de los ministerios son pocos los instrumentos para ejercer esa labor de forma efectiva.

Para algunos el problema es económico, para otros es la desigualdad, el daño ambiental, la falta de oportunidades en el territorio que profundiza la heterogeneidad estructural, la gobernabilidad o la falta de acuerdo de la colectividad del futuro que aspiramos. Lo que se consideraba como un acuerdo tácito en educación, salud, ambiente, derechos humanos, por citar los más generales y relevantes, son cuestionados por unos y otros, haciendo más compleja la decisión en lo público y creando incertidumbre en la sociedad.

Hay un nudo en la toma de decisiones, algunos lo llaman ingobernabilidad, sin embargo, ¿cuáles son las causas de ello? En alguna medida se le ha fallado a la sociedad, por varias décadas los gobiernos no han cumplido por diferentes razones sus propuestas y compromisos con la ciudadanía. Unido a ello, la desigualdad social ha aumentado, en el territorio se tienen ganadores y perdedores de las transformaciones estructurales que el país ha tenido. Los que antes valoraban la educación y la salud ya no lo ven como suyas, pues no tuvieron acceso a la educación, no terminaron secundaria y trabajan en la informalidad, son los grupos que cuestionan las instituciones de lo que ha sido el Estado Social de Derecho (universidades, CCSS, pensiones, entre otros), pues éste no ha existido para ellos.

Lo anterior, es fenómeno internacional que pone en peligro los sistemas democráticos actuales, dando la oportunidad para que posiciones extremas de derecha o izquierda con un populismo burdo asechen el sistema existente. El mercado y el Estado en estos casos se vuelven instituciones insuficientes para abordar los problemas sociales, la desigualdad y la falta de oportunidades de diversos sectores de la sociedad.

Los partidos políticos cada vez más débiles y poco relevantes asumen posiciones distintas si están dentro o fuera del Poder Ejecutivo, generando más insatisfacción y falta de decisiones estructurales a los problemas nacionales. ¿Qué hacer ante ello? ¿Cuál debe ser el camino que debe seguir la sociedad ante esta situación?

Cuando se esta en un entorno tan complejo y peligros se debe ser cauto y consecuente, seguidamente algunas líneas de acción:

a.     Ante las limitaciones de las instituciones en general, lo apropiado es fortalecerlas, encontrar sus limitaciones y subsanarlas en el marco de respeto de la institucionalidad.

b.     Con la crisis de la democracia más democracia, más participación y transparencia. Identificar las fallas y reconstruir la base social en democracia.

c.     Ante las fallas del mercado fortalecer el mercado para el bien de la colectividad y no unos cuantos. El mercado es una institución histórica y social y sus debilidades y virtudes generalmente se asocian a las que tiene la sociedad y el contexto donde se da, debe depurarse, mejorarse para la buena asignación de los recursos y para el bienestar de la colectividad.

d.     Falta de visión compartida del futuro y de modelo de sociedad.  Es un reto urgente crear acuerdos básicos del tipo de sociedad que queremos en lo social, económico, educativo, ambiental, la equidad social y el papel de las instituciones.  ¿En que podemos ponernos de acuerdo? Es deseable que, en mucho, pero si no es así con lo que se pueda debe fijarse una agenda nacional de acción para el desarrollo.

e.     Los partidos políticos deben analizar sus acciones, crear nuevas agendas, con nuevas y viejas personas, pero con nuevas visiones y procederes, el barranco está cerca, no se puede volver a hacer lo mismo, el costo de la falla es la institucionalidad democrática.

Es de esperar que nuestra sociedad tenga la capacidad de resiliencia de transformarse ante las crisis, que lo económico sea para construir desarrollo para todos y todas y no para unos pocos, pues solo se puede lograr salir adelante para bien, si nos vemos en una construcción de la sociedad que es compartida y apoyada por la mayoría, si no es así los pilares de nuestra institucionalidad no podrán soportar otras crisis.

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