jueves, 6 de enero de 2011

El empleo: tema prioritario

Roberto Jiménez

El crecimiento futuro de Costa Rica se verá determinado por la evolución de la economía mundial, que crecerá un 4,2% en el 2011, según informó el FMI en octubre del 2010. En consecuencia, es de esperar un crecimiento moderado de la economía nacional (alrededor del 4%), insuficiente para subsanar el déficit fiscal, que se ubicaría entre 5,5% y 6% del PIB de no tomarse medidas en el ámbito fiscal, la promoción del crecimiento interno y la generación de empleos.

El empleo es un tema de especial importancia para el país. La tasa promedio de desempleo proyectada para el 2010 es de alrededor del 7,5%. No obstante, la desaceleración económica de los últimos meses podría mantener o elevar el desempleo en el 2011.

La distribución del costo del desempleo no es igual para todos los costarricenses. Así, por ejemplo, para el 2009 el desempleo promedio fue de 7,8%, pero el de las mujeres fue de 9,9%. Por su parte, la región Chorotega tuvo una tasa de desempleo de 10,1%, según datos del INEC.

Adicionalmente, los sectores más vulnerables –generalmente asociados a los quintiles de menos ingresos – son los que tienden a sufrir mayor desocupación. Muchos de ellos dependen del dinamismo de sectores como la construcción y su demanda de la mano de obra disponible.

Menos competitividad

El país ha perdido competitividad en sus exportaciones y turismo por la política seguida con el tipo de cambio. Eso puede llevar a la disminución de la producción y aumentar el problema del desempleo.

La competitividad no se debe basar en el tipo de cambio, pero cuando el tipo de cambio se ubica alrededor del ¢515 por dólar y, según los cálculos del mismo Banco Central (basado en la metodología de paridad de poder de compra con los Estados Unidos), este debería ubicarse alrededor de ¢651 por dólar, los flujos proyectados de los empresarios que reciben sus ingresos o compiten en dólares se ven afectados.

Además, la disminución de la demanda de bienes y turistas por la crisis internacional afecta los ingresos de estos sectores.

Especialmente vulnerable son las microempresas y pequeñas empresas, las cuales tienen menor capital financiero y posibilidad de sostenerse por largos periodos. Así se plantea todo un drama para personas que han hecho grandes esfuerzos por años y hasta vidas enteras, cuya sobrevivencia está en riesgo por el entorno actual.

Junto con la disminución de los ingresos del sector empresarial ligado al mercado externo, se nota una inflexibilidad en la rebaja de la estructura de costos de las empresas y consumidores. Los precios de los bienes no bajan con la celeridad y la generalidad con que aumentaban por efecto de la devaluación.

Se requieren acciones concretas de corto plazo, con el fin de obtener un mayor crecimiento y disminuir el desempleo. Algunas de esas medidas son:

1. Conciliar la política cambiaria y monetaria con el crecimiento económico y la generación de empleo, y no solamente con el objetivo de disminuir la inflación. No es de mucha utilidad tener baja inflación si se está desempleado o subempleado.

2. Efectuar inversiones en obras de corto plazo que dinamicen la economía, generen empleo y mejoren la infraestructura física del país.

3. Elaborar un programa de reactivación económica conciliando acuerdos con los sectores productivos del país. Esto es especialmente importante, pues se requieren políticas públicas activas para mitigar el efecto de la crisis.

4. Promover una reforma fiscal que permita generar nuevos ingresos y disminuir el carácter regresivo del sistema tributario de Costa Rica, con el menor impacto sobre el crecimiento.

5. Diseñar y aplicar incentivos con base en criterios más rigurosos en cuanto a valor agregado nacional, innovación y transferencia tecnológica, generación de empleos, sostenibilidad ambiental e incentivo en zonas deprimidas.

6. Efectuar una evaluación y ajuste del gasto buscando que sea más efectivo en la redistribución y el logro de los objetivos trazados.

Las políticas que se asuman deben tener simultáneamente en cuenta la situación del corto plazo: más crecimiento y empleo con estabilidad y la necesidad de efectuar ajustes de mediano y largo plazo que lleven a un cambio en la estructura productiva, tributaria y social del país en aras de más equidad, crecimiento económico, competitividad y sostenibilidad ambiental.

Artículo publicado en el Diario El financiero Ed. 746.

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